Después de varias semanas con hackeo de mi blog por parte de algún japonés que quería vender sus artículos, he sido capaz de devolver a la normalidad este blog. La tecnología nos hace pasar estos malos ratos, pero vamos, ya está todo solucionado y operativo.
Hoy quisiera hablar del aislamiento. Una de las aportaciones en nuestra Tertulia Literaria Dialógica sobre la obra de Miguel Delibes de “Los Santos inocentes”, ha sido la reflexión sobre el aislamiento. Sabemos que este deshumaniza a los seres humanos, por que no hay nada más humano que las interacciones sociales, las relaciones entre personas. Esto hace al ser humano más ser humano y más diferente de otros seres vivos (animales o plantas).
Las interacciones sociales es lo que nos caracteriza. Ahora bien, unas interacciones sociales de baja calidad nos deshumanizan. Esto se transmite muy claramente en la obra de Delibes. La calidad de la interacción, la riqueza del lenguaje, el respeto y tolerancia en las mismas, las pretensiones de validez (y no de poder y sometimiento), esto es fundamental en la vida de toda persona. Es proporcional. Cuanto mejor y de mayor calidad es la interacción social, mejor y de mayor calidad son los valores y las relaciones entre las personas y por tanto las personas en si.
Es un tema que me apasiona. Quizás por mi pasado como terapeuta del lenguaje o maestro de audición y lenguaje. La fuerza, la importancia de la comunicación; de una comunicación rica no sólo en cuanto a su forma (uso de vocabulario extenso, utilización de frases progresivamente más complejas), sino también en cuanto a su contenido, en cuanto a los valores que se transmiten y se comparten.
Por todo esto, sigo sintiéndome un privilegiado, por que puedo compartir con mucha gente estas cosas, y lógicamente no es necesario estar de acuerdo siempre, es necesario la contraposición de puntos de vista, hacer que tus creencias puedan cambiar y transformarse por la influencia de los demás y por sus puntos de vista. Esto es una suerte, tener un trabajo que te ayuda a ser mejor persona. Y esto se lo debo a las personas que interactúan conmigo, mi familia, mis compañeras y compañeros de trabajo, mi alumnado. Gracias por interactuar conmigo y por permitirme ser parte también de vuestras vidas.
Lo tengo estudiado, cuando tengo épocas de mi vida en la que me aislo, me siento peor, me como la cabeza, empiezo a tener pensamientos negativos. Es como una comida que me cae mal.
Necesito relacionarme. Aunque soy una persona, en muchos momentos reservada, entiendo que me hace mejor persona interactuar con otras personas. A veces siento la necesidad de estar solo y otras veces tengo la necesidad de estar con gente. No soy persona que le guste los tumultos, los jaleos, los ruidos que no dejan comunicarse, prefiero situaciones donde los interlocutores puedan comunicarse sin la dificultad de los ruidos. Esto me agobia mucho. No me gusta y evito estas situaciones. Me gusta una buena charla con respeto, hablar y dejar hablar (tampoco me gusta cuando no te dejan hablar y constantemente te interrumpen). Seré algo raro pero me gusta comunicarme bien, para que la calidad de la comunicación y por tanto de la interacción sea la mejor.
Comparto mis últimas pinturas sobre paisajes. En ellas podemos percibir aislamiento pero también expresión de vida de la naturaleza y su visión.
Gracias por leerme (escucharme e interactuar) y muchos ánimos.
