juega

No estoy dibujando nada complicado. No estoy, actualmente, haciendo proyectos creativos amplios y detallados. Estoy jugando. Y a tu edad? Pues claro, por supuesto.

Cojo un lápiz, pinto unas manchas con acuarela, hago unos trazos sin sentido, pienso en un rostro y lo dibujo, pienso en una bonita combinación de colores y la pinto. Y me lo paso bien. El simple hecho de coger el material y el papel hace que empieces a jugar. ¡Qué chulo! (‘dabuten’, ‘guay’, o ‘del carajo’, que cada uno use la expresión que quiera).

No se necesita gran preparación, ni parafernalias raras, simplemente juega, diviértete.

Según la RAE, el verbo jugar tiene muchas acepciones (ENLACE), pero me voy a quedar con la primera:

Jugar:  intr. Hacer algo con alegría con el fin de entretenerse, divertirse o desarrollar determinadas capacidades. 

Me parece realmente necesario cualquiera de los verbos que en esta definición aclaran el sentido de jugar:

• entretenerse: con su carga de despreocupación, con su carga de llenar huecos de tiempo en un mismo.
• divertirse: para ser más felices, estar más alegres (gracias José Mateos por hablarnos de la alegría), más contentos. Pasarlo bien, echar un buen rato.
• desarrollar determinadas capacidades: en definitiva aprender desde la base que tenemos sobre multitud de aspectos de la vida.

Parece que el juego, y la acción de jugar tiene muchos beneficios para los adultos. Ya sabemos que para las niñas y niños es imprescindible, para relacionarse con el mundo, aprender y desarrollarse física y psíquicamente. Sin embargo en los adultos siempre el juego ha tenido una connotación de infantilismo, cuestión esta sin fundamentación de ningún tipo.

Al parecer, ahora, jugar, no es perder el tiempo sino desarrollar momentos para la propia persona, para su disfrute y evolución. Por tanto, (como vemos en este artículo) jugar nos sirve para, entre otras cosas rejuvenecer la mente o enterrar la ansiedad. Y la cuestión es que siempre ha sido así, pero ahora lo reflexionamos y lo implementamos en nuestras vidas.

Los juegos pueden ser de muchas clases, formas y tamaños, individuales o colectivos, físicos o intelectuales, activos o relajantes. Hay mucho donde elegir. Y también podemos invertir tiempo en jugar con las herramientas, recursos y materiales, con los que ‘en teoría’ hacemos cosas serias. Puede ser que, quizás, todo sea un juego.

Esta semana he estado ‘juguetón’. Me he puesto a hacer actividades con mis lápices y acuarelas en las que sólo requería hacer un trazo, plasmar una mancha, no pensar en lo que se representa hasta el final del dibujo o la creación, ver diferentes finales para lo que se dibuja o pinta. Me han salido varias cosas. Lógicamente, tienen el valor de juego. Pero es importante hacerlo para soltarse, para relajarse, para reflexionar y no preocuparse por el final, sino disfrutar jugando por el camino. El camino hace al artista. El juego, la práctica, hace que aprendamos.

Comparto con vosotr@s mis dibujos. Ya os digo, tienen el valor de juego. Que cada uno interprete lo que ve, que cada uno vea más allá de lo visible.

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#valentinaungritoalaesperanza 

Gracias por leerme y ánimos!!!!