sin nombre

Sigo jugando con la imaginación como os comenté en mi última entrada (ENLACE). Hace unos días me puse a jugar con mis acuarelas. Jugar es una actividad esencial para la vida. Hace que sueñes, que busques respuestas o alternativas, te cambia el punto de vista y sales de tu zona de confort.

Me dio por buscar un un par de colores que se llevaban bien entre ellos y empezar a mezclarlos a poner sal para producir efectos, a jugar con el agua y el pigmento. Deje secar durante unos días y cada vez que pasaba por el dibujo veía cosas diferentes, opciones para completar el dibujo con otras técnicas, con otros materiales. Y el dibujo permanecía en mi mesa esperándome. Sin nombre. Sin dirección. Sin identidad. Lo insignificante.

Y esto me inspiró, no hay nada más insignificante que unas pequeñas flores. Unas sin nombre. Unas que no voy a identificar en el campo porque no existen. Sólo existen en mi imaginación, pero sin nombre.

No tener nombre es no tener identidad, y no hay nada más nimio que no ser nada. Sin embargo, estoy seguro que estas flores sin nombre pueden producir un efecto en quien las mira, en quien las observa.

Como siempre digo, cada uno tendrá su visión de las cosas, de las pinturas, de las obras de arte. No hay nada definitivo ni inamovible. Todo depende de los ojos de quién ve. Todo depende de los oídos de quién escucha.

Algo sin nombre, como estas flores, puede significar algo bonito, algo alegre, algo sutil, algo sencillo, algo…

El nombre es lo que te identifica pero, también te identifican los demás con su visión. Y esto espero que les pase a estas flores.

Muchas gracias por leerme y ánimossss!!!!