Según la RAE, una de las acepciones de observar es: ‘Mirar con atención y recato, atisbar.’ Sobre ella quiero detenerme hoy.
Mirar, a diferencia de ver, requiere de una actitud activa. Muchas veces pasamos viendo las cosas, situaciones, realidades, pero no miramos con atención, no observamos. Lógicamente es más cómodo ver que mirar u observar. Se necesita cierta actividad mental para observar. Es necesario coger nuestras gafas para que nos ayuden a observar.
Pasar por la vida simplemente viendo y no observando es quedarnos con menos de la mitad de ésta. A veces nuestro hemisferio izquierdo interviene negativamente en las observaciones impregnado todo de lenguaje que nos condiciona. Aunque este condicionamiento está basado en nuestros valores y en la importancia que le damos a ciertos sentimientos y emociones. Creo que es necesario hacer las dos cosas, en según que momento, por una parte dejarnos interpelar por las ideas que nos sugieren lo que observamos y en otros momentos observar únicamente las formas, los tamaños, las dimensiones, las proporciones, en este caso con nuestro hemisferio derecho. Recomiendo encarecidamente la lectura y práctica de las actividades del libro de Betty Edwards, Nuevo aprender a dibujar con el lado derecho del cerebro (ENLACE).
Observar de forma física u observar con influencia del lenguaje, una dualidad presente en nuestra forma de ver el mundo. Bajo mi punto de vista hay que complementarlos. El cerebro tiene mucha más capacidad de la que le consideramos.
Dice nuestra definición ‘con atención’. Muchas veces pasamos sin atender. El estrés, la velocidad de la vida, los compromisos, etc. nos hacen que vayamos rápido y sin prestar atención. Estar atento necesita calma y cierto sosiego, para poder centrarse y enfocarse correctamente en lo que pretendemos observar.(ENLACE ANTERIOR)
Por eso, yo utilizo una máxima en mi vida que creo que me da buenos resultados. Ante cualquier situación, lo primero calma, tranquilidad, y pensar que todo tiene solución, todo lo que yo puedo hacer, estoy seguro de que lo haré lo mejor que pueda. Después del momento inicial de calma, hay que activar la observación, la concreción de la situación, el análisis pormenorizado de los detalles, de las causas y las consecuencias. Observar más de una vez, para asegurarte, para poner todo lo que hay en tu mano para no errar. Y al final llega la toma de decisiones. Pero no nos olvidemos que todo pasa por una buena observación.
Hoy os traigo varias creaciones artísticas que he ido haciendo estos días. Os destaco la del hombre del sombrero que observa detenidamente con ayuda de su monóculo.
Muchas gracias por leerme y muchos ánimoosss!!!!
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Observar! Me encanta esa palabra. Es la mejor escuela qué hay.